El sector con la moda

El sector con la moda
Entrevista a Mireia Verdú, Primera Dama de Honor de Miss España 2005

Hoy, la moda inunda el panorama comunicativo del mundo empresarial. Las tendencias estéticas impregnan los estilos de vida y, sin duda, desde los gadgets tecnológicos hasta los grandes electrodomésticos buscan con sus diseños recoger los iconos del momento. Las marcas utilizan la comunicación para transmitir ese halo de glamour que el consumidor de nuestros días desea percibir, de modo que es frecuente que aquellas recurran a la contratación de personajes del papel cuché para la promoción de sus productos. Aquí les presentamos dos ejemplos de empresas que han elegido el mundo de la pasarela para apoyar su comunicación, a través de dos entrevistas que nos ofrecen las dos caras de una misma moneda. Mireia Verdú, imagen de Princess, nos cuenta qué significa para ella representar a una marca, y los responsables de la agencia LB Press, encargados de la comunicación de Braun, nos cuentan cómo va esto de contratar modelos… 
…A propósito de la moda

Los tiempos nos arrastran hacia la modernidad mientras nosotros nos resistimos a perder la memoria; pareja de contrarios que da origen a la intemporalidad, a la licencia para casi todo.
En la pasarela, y no sólo en ella, las tendencias respiran libertad y se impregnan de nostalgia al mismo tiempo. Desfilan estéticas y estilos diversos, en una síntesis imprescindible para superar el síndrome del tercer milenio, como clausura del segundo y en respuesta a la necesidad de establecer el legado a la posteridad de lo que ha Hoy, la moda está en todos lados, porque forma parte de los estilos de vida; de manera que se puede ser «el más cool», también con un teléfono móvil ultradelgado, una nevera con tele o con el último grito en Mp3. sido la historia de nuestra especie.
Nunca antes vimos convivir insignias yanquies con casacas a lo ruso, como divertimento. A falta de doctrinas, buenas son modas. No es necesario profesar ninguna creencia política o religiosa, ni pertenecer a ninguna tribu urbana para llevar banderas, pinchos, gorras, o flecos… Piezas de inspiración victoriana; cruces y encajes negros que escenifican ambientes góticos al tiempo que evocan los looks siniestros de los 80; botas de mosquetero; o jirones de ante al estilo troglodita… Y los de mi generación observamos atónitos cómo el cuero y los pinchos desfilan majestuosos y cobran un aire sofisticado sobre siluetas de aspecto angelical. Y es que la moda en que vivimos pone en nuestras manos todas las iconografías y nos permite combinarlas al gusto…
La historia, vista a través de los ojos de los diseñadores, que se recrean en lo vivido, quedará inmortalizada en iconos que la sintetizarán para adaptar la magnitud de los últimos siglos a las limitadas dimensiones de nuestra memoria. Ahora, sólo queda esperar el fin de los remakes./ pdf

La vida es juego. De Pac Man a Prince of Persia

Opinión. Tecnorrelato
OPINIÓN
TECNORRELATO

72 horas de descanso tras un frenético año de trabajo, me permitieron detenerme a observar… y no sé si será deformación profesional o se tratará de alguna patología esquizoide con manía persecutoria -¡y eso que no le doy a los videojuegos!-, pero el caso es que todo a mi alrededor durante esas tres extrañas jornadas estuvo bañado por lo ciber-virtual, y cuanto vi, toqué y escuché tenía por telón de fondo inacabables secuencias de ceros y unos.
El padre de mi amiga, sesentón ejecutivo para más señas, me explica con excitación que lleva su PSP siempre consigo y a punto para jugar online en plena calle. Aunque, particularmente, creo que piensa que la tecnología va a redimirle de algún modo, a sacudirle usos y costumbres de sus tiempos, y a través de ella reivindica su lugar en una época que también es la suya, en la vana creencia de que su pose de activista tecnológico va a esfumar de un soplo la distancia que le separa de la generación que le sucede. O tal vez sea porque algo le hace pensar que en la sociedad de hoy lo que toca es ser tecnológico, y por lo que sé de él, nunca fue precisamente lo que se dice un revolucionario…
La hija adolescente de mi amiga, que al parecer no tenía suficiente con su flamante “play”, pidió a los Magos, como si tal cosa, una cámara de fotos, un móvil y un reproductor de mp3, lo cual no tendría nada de particular en los tiempos que corren si no fuese porque “la carta” fue idéntica a la del año pasado; y es que los doce meses transcurridos han dejado fuera de juego los gadgets de la Navidad precedente. ¿Cómo iba la chiquilla a apañarse con una capacidad de almacenamiento y un diseño de la colección 2004-2005, hallándose como se halla en el punto álgido de su episodio más severo de “marquitis”, e inmersa como está en la sociedad de la obsolescencia fulminante de bienes? / pdf

Vivir en suspensión y otras teorías de ficción

Opinión. Tecnología
OPINIÓN

En mi época nos independizábamos con lo puesto. Si teníamos dos duros nos los fundíamos en un concierto, y si eran cuatro en una escapada de fin de semana, pero ni hablar de comprar un sofá; los cojines en el suelo eran perfectos para leer un buen libro o escuchar un unplugged con sonido “caja acústica”…, bebiéndonos la vida. Y ahora vienen los tecno-teóricos diciendo que estamos entrando en la era de los intangibles e incluso auguran el fin del concepto de propiedad tal como lo conocemos hasta ahora. Que si acumular bienes materiales está “demodé”, que si lo que busca hoy el individuo es satisfacer su “yo” psicológico y alimentarse de ideas, que si un nuevo ser relacional y altruista está naciendo, que si está al caer una transformación radical de la conciencia humana y de nuestra propia esencia… ¡Ah! y, por supuesto, todo ello como consecuencia de la revolución tecnológica. Mónica Daluz / pdf

De falacia en falacia ¿Quién es ahora el rey?

opinión distribución
OPINIÓN

¿Quién propone y quién dispone en este mundo de mercadeo sin fin? El poder pende de un equilibrio de fuerzas repartidas que van y vienen, y hoy el consumidor, con su peregrinaje a las grandes cadenas de distribución deposita cada día su voto por un modelo de vida, supuestamente moderno y, sin querer, con su elección sentencia su propia libertad. Mónica Daluz / pdf

Editorial. Y hasta aquí…, puedo leer

Editorial Y hasta aquí…, puedo leer
EDITORIAL

Cerramos el año con un número especial dedicado íntegramente a la información sobre producto (que incluye, además, la sección Actualidad), a través de un extenso escaparate a modo de catálogo. Un número con un contenido especialmente visual, en sintonía con los días que vivimos, días a todo color, días bañados por las luces de neón que hoy comparten el paisaje urbano con largas ristras de bombillas al más puro estilo tradicional. Mónica Daluz / pdf

Calor de hogar. Cuestión semántica

Opinión. Tecnorrelato. Inteligencia ambiental
OPINIÓN
TECNORRELATO

Ahora se llama “inteligencia ambiental”. Lo de domótica no suena lo suficientemente emocional para el lenguaje publicitario-comunicativo que gastamos en los tiempos que corren, y no digamos, “automatización”, que es, a fin de cuentas, el origen del concepto.
“Nombres abstractos” y “nombres concretos”. Así clasificábamos en el colegio los sustantivos. Entonces se llevaba ser pragmático; lo abstracto, y hasta lo surrealista, quedaba para bohemios y otros rebeldes. Hoy, sin embargo, nos movemos en el plano de lo retórico y buscamos conmover con la palabra, en un mundo de sensibilidades y susceptibilidades en el que se dice “línea de expresión”, para no decir “arruga… Mónica Daluz / pdf

¡Viva el sentido del humor! Había una vez, un circo

Opinión. Tecnología, sociedad, comunicación, movilización
OPINIÓN
COMUNICACIÓN Y MOVILIZACIÓN

Casi siempre se da en las grandes ciudades, y eso debería darnos qué pensar. ¿Es la era del absurdo? ¿la de la soledad? o ¿nos hallamos ante un fenómeno incipiente de civeractivismo? Tal vez es una mezcla de todo ello. Hablamos de las fash mobs (también llamadas smart mobs o inexplicable mobs) o movilizaciones instantáneas: un grupo de personas se da cita vía SMS, correo electrónico, foros, blogs, chats… en un lugar y hora determinados para realizar una breve acción, generalmente desconcertante, y a continuación se dispersa rápidamente.
Imaginen: cientos de personas acuden al mismo tiempo a una importante librería, piden con insistencia un libro que no existe, de repente y todos al unísono, aplauden con fervor y se esfuman; visto y no visto…. Esto es lo que ocurrió en Roma en la primera concentración europea de grupos efímeros con fines lúdicos.
Desde que Bill (seudónimo del convocante de la primera flash mob) citara a 50 personas para “tomar” la novena planta de Macy’s en 2002, estas reuniones fugaces han proliferado en Estados Unidos y en Europa.
La primera tuvo lugar en Nueva York; después vinieron San Francisco, Viena, Berlín, Londres, Roma… Y no tardó en llegar a España. En octubre de 2003 le tocó el turno a nuestro país. Los congregados se situaron en la base del monumento a Colón de la ciudad de Barcelona, con el brazo en alto señalando en la misma dirección que la estatua. Tras pasar un minuto dieron dos vueltas al monumento para, acto seguido, ponerse a gritar “¡qué vienen los indios!” A continuación se dispersaron en silencio. El fracaso fue rotundo. Cuentan que la presencia de los medios rompió el encanto: la gente se “cortó”, y nadie, excepto diez desinhibidos, emitió el disparatado grito de guerra… Mónica Daluz / pdf

Editorial. Adivina, adivinanza…

Editorial Adivina, adivinanza…
EDITORIAL

Todo el mundo se ha enterado de que la televisión ha cumplido medio siglo. El empacho de identidad generacional ha sido espectacular, y desde Lazarov hasta Alfonso Guerra, pasando por Chanquete y, cómo no, por el tipo del “busque, compare y…”, ya saben a quién me refiero, han desfilado hasta la saciedad en programa sí programa también de Televisión Española aunando en la nostalgia a un par o tres de generaciones de españoles; y todo ello conducido por ese otro icono para el recuerdo llamado Hermida. Mónica Daluz / pdf

Esto se acaba. Llegó la hora de construir la utopía

Opinión. Sostenibilidad
OPINIÓN

Una campaña de lo que podríamos llamar “publicidad social” nos ha penetrado hasta la médula en las últimas semanas. Especialmente al sector del electrodoméstico, que queda retratado en el spot televisivo. El muchacho protagonista dirige un amenazante mando a distancia hacia lo que no puede ser otra cosa que un aparato de aire acondicionado. La televisión, la lavadora, la nevera y el ordenador se erigen en actores principales de los instantes siguientes del minifilm. Las escaleras mecánicas de un centro comercial, un pequeño colmado, escuelas y oficinas… Todo está desierto. Y en la calle, escenas de lánguidos urbanitas desorientados deambulando en éxodo a no se sabe dónde… Es como en los 70; así me imaginaba yo el mundo en mis peores pesadillas cuando estalló la primera crisis del petróleo. Mónica Daluz / pdf

La era del «yo». …Y la tecnología nos hizo libres

La era del "yo" Opinión
OPINIÓN

Ahora que todos se arremeten en terreno ajeno; ahora que el terreno ajeno ya no existe porque todo converge y se mixtura en el centro de este impetuoso tornado que arroja su papilla a un mundo con apariencia de planta de fundición; incluso ahora que todo parece pasar por el Big Five (Google, Yahoo, eBay, MSN y AOL), es precisamente ahora cuando las capacidades individuales cobran un valor sin precedentes. La subjetividad y la intuición se erigen en competencias inigualables. Es el momento para la aportación única e irrepetible.
Las idas y venidas de publicistas, políticos, biotecnólogos, informáticos y productores cinematográficos intercambiándose cargos en empresas de ámbitos dispares, es un claro síntoma de esta búsqueda de cierta virginidad como base para la generación de ideas frescas. La transversalidad y la mezcla de lo dispar parecen ser el caldo de cultivo insustituible de la innovación, y así proliferan las mezcolanzas y la búsqueda de lo multidisciplinar.
Veamos… Tenemos a Murdoch metido a comprador de webs; a Disney, tras tomar el control de Pixar, otorgando al fundador de Apple la categoría de primer accionista; y al consejero delegado de Google, Eric Schmidt, sentado en el consejo de administración del fabricante de computadoras Apple, donde compartirá mesa con el presidente de la compañía, Steve Jobs, el exvicepresidente de EE.UU., Al Gore, y el presidente de la firma de biotecnología Genentech, Arthur Levinson, entre otros importantes y, por supuesto, dispares, ejecutivos estadounidenses.
Los movimientos de intercambio se producen también entre compañías, de modo que asistimos a una nueva relación en el mundo empresarial, que pasa de la competencia a la cooperación, en esta economía de las buenas maneras, en la que Pepsi da el chivatazo a Coca Cola de que una de sus empleadas, finalmente detenida junto a dos cómplices, le ha ofrecido la fórmula secreta de un nuevo refresco por un puñado de dólares, y ambos colaboran con el FBI, para preparar una trampa a la “desertora” y sus secuaces. Mónica Daluz / pdf

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