El cerebro reptiliano toma el mando

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El entorno recesivo en el que nos hallamos inmersos está alterando los procesos de decisión de compra del consumidor. Las empresas comienzan a plantearse una reformulación de los productos y servicios que ofrecen, así como de los códigos del marketing que los acompaña. Parece haber calado la idea de que la irresponsabilidad no es sostenible y los analistas detectan una reconfiguración de la escala de valores de la sociedad.
El consumidor siente la necesidad psicológica de consumir de un modo responsable y exige a las empresas también mayor responsabilidad. En la nueva escala de valores cobran relevancia aspectos como la austeridad, la responsabilidad, la solidaridad, el compromiso y la no ostentación. Así pues, el contexto de contracción económica está alumbrando un nuevo consumidor que resitúa sus necesidades y sus expectativas, y que está trasladando estos cambios a sus conductas de compra. Las claves de este nuevo escenario: la satisfacción de las necesidades básicas se impone, la ostentación queda fuera de juego, y el “reuso” gana terreno al “usar y tirar”. Dejamos atrás la era de la abundancia, del exceso y hasta del despilfarro, para entrar en la era de lo necesario.
Veamos cómo hemos llegado hasta aquí, cómo explica la psicología los cambios en el comportamiento del individuo-consumidor en épocas de crisis y cuáles son las estrategias que las empresas están  adoptando a la hora de influir sobre este nuevo consumidor: cómo se repensará el producto y cómo se comunicará. El sector del envase y el embalaje está directamente implicado y afectado por estos cambios, ya que hablamos de un producto que constituye en sí mismo un soporte comunicativo y es transmisor de la imagen de marca, además, y a pesar de tratarse de un producto de demanda derivada, el consumidor exige al envase parámetros similares al producto de gran consumo, por lo que también deberá emplearse a fondo en innovación, pues nuevos criterios en diseños, tamaños, dosis y formatos serán requeridos. Pero como ocurre siempre, hay luz al final del túnel, por lo menos, para aquellos que elijan el camino adecuado, el camino de la verdadera eficiencia y la verdadera innovación; además, para ellos, para los mejor adaptados, la competencia será menor en un futuro nada lejano, así que tienen asegurada la supervivencia. Mónica Daluz / pdf

Envases «made in USA», para todos los gustos

Envases "made un USA"
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En este artículo reflexionamos acerca del mundo del envase en los Estados Unidos desde una perspectiva histórico-social. Analizamos la influencia de la idiosincrasia y el modo de vida estadounidense sobre la industria del envase en productos de gran consumo. Hoy se impone la funcionalidad, las soluciones que hacen la vida más fácil; pero nuevos valores están emergiendo en el seno de esta sociedad y, por ende, en la industria del envase. En el país del hiperconsumismo, la racionalidad se impone.
Para las familias, para los solteros, para los gourmets, para las mascotas, para ecologistas… No es el spot de Coca Cola, aunque tal vez el creativo de la campaña en cuestión se inspiró en el lineal de un supermercado, pongamos, de la costa californiana.
¿Que si el american way of life influye sobre los envases de los productos que consume el ciudadano? Pues parece que sí. La configuración urbanística, las largas distancias, la dependencia del automóvil, el tipo de vivienda, en fin, el estilo de vida, determinan las necesidades del consumidor y, por lo tanto, la oferta en el cómo dispensar el producto.
A pesar de habitar en un mundo globalizado que ve diluirse las particularidades y mimetiza culturas y mercados, los usos y costumbres se aferran a las sociedades a las que pertenecen. A pesar también del tambaleo de los pilares de occidente, instalado éste en un seísmo constante, se aproximan impresiones, temores e incertidumbres, desplegando “indignados” desde la Puerta del Sol hasta Wall Street. Además de compartir nuevos héroes, que lo son por enseñarnos el significado de la palabra innovación y por cambiar el modo de relacionarnos. A pesar de todo, las sociedades siguen arrojando peculiaridades que el sector fabril recoge y aplica en la elaboración de sus productos. El diseño de envases fáciles de transportar y fáciles de apilar y almacenar en casa, que se puedan usar para cocinar, rellenables, que se puedan volver a utilizar como recipientes, o autocalentables, son algunas de las tendencias del sector en EE.UU. Mónica Daluz / pdf

Reciclado de envases: la convicción sosegada

Ley de Envases
TENDENCIAS

La industria del envase y embalaje ha hecho un esfuerzo considerable por la mejora de la reciclabilidad. Los datos revelan que los objetivos de la Ley de Envases se están cumpliendo. Sin embargo, diversas voces apelan en los últimos tiempos a la responsabilidad de la industria de envases plásticos, que deberá hacer equilibrios para desarrollar envases diseñados pensando en la fase de reciclaje, tender hacia la reutilización y apostar por el material reciclado. Mónica Daluz / pdf

Robótica industrial. El recurso imprescindible

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La competitividad de occidente está en jaque. La robótica industrial de última generación puede ser una vía para optimizar la capacidad productiva en todos los sectores industriales. Por lo que respecta al envasado, las exigencias del mercado impulsan el desarrollo de robots antropomórficos para atender las necesidades de flexibilidad. Se gesta una robótica avanzada que sale de las plantas fabriles para llegar al hogar por imperativo de fenómenos sociológicos, como el envejecimiento de la población, entre otros. La deambulación de robots humanoides, que deberán enfrentarse al reto de responder en ambientes dinámicos, con lo que ello implica en materia de investigación, está a la vuelta de la esquina. Mónica Daluz / pdf

Gestión del frío

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LOGÍSTICA

El transporte y almacenaje de productos frescos o congelados requiere una gran eficiencia y exhaustividad. La consigna fundamental a la hora de operar con cargas frescas o congeladas es clara: no interrumpir el suministro de frío en la cadena operativa. Mónica Daluz / pdf

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