Editorial. La cultura del snack. Una noche en Nueva York

Editorial
EDITORIAL

Allí, frente al televisor de mi habitación de hotel, tras perder el cara o cruz que decidía si esa noche hacía de canguro de mi propia hija o me arrellanaba en una butaca de un teatro de Broadway, me dispuse, con resignación, a disfrutar de una noche televisiva. Nada del otro mundo: Noticias; concursos; pressing-catch -sobre todo pressing-catch-; series de policías; tertulias rosas; películas -más bien pocas-; realities; telenovelas sudamericanas, y una india; emisoras árabes; más realities, Bush bromeando en una conferencia de prensa…, y así hasta casi cuarenta canales. Dos horas largas pasé cara a cara con aquel aparato que disparaba sin cesar contenidos que se entrecortaban con asombrosa frecuencia para las cuñas publicitarias.
La puerta se abrió. Daba gusto ver las caras de satisfacción de los afortunados que habían disfrutado de una noche en la ópera… de principio a fin, tan sólo interrumpida por un escueto entreacto. Padre e hija, la primogénita, me contaron emocionados el argumento de cabo a rabo, sobre un fantasma enamorado que habitaba en un teatro mientras amaba en secreto a la primera figura. Yo, sin embargo, no conseguí explicar nada con exactitud; aún ahora recuerdo aquella noche como un puzle de imágenes inconexas. / pdf

© MÓNICA DALUZ 2019-2023