Máquinas más inteligentes, ¿humanos más sabios?

Inteligencia artificial
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NTELIGENCIA ARTIFICIAL 
Las inteligencias artificiales avanzadas ya están aquí

La gestión de los datos comienza a ser inabarcable para el cerebro humano, y pronto, incluso para las máquinas que hemos sido capaces de crear. Convertir datos en conocimiento y éste en bienestar para las sociedades ya no es posible sin el auxilio de la inteligencia artificial. Su implantación no es una opción, es un imperativo. Además, el tiempo apremia; hemos rehipotecado nuestro hogar, tomando prestados recursos de las generaciones futuras, y se acerca el momento del vencimiento. O saldamos la deuda a tiempo o nos quedamos sin planeta. Y el asunto es demasiado complejo para resolverlo nosotros solos. Necesitamos las sugerencias de estas inteligencias que simulen escenarios a la velocidad suficiente para actuar, y revertir a tiempo el proceso de la próxima extinción. Ello implica una conexión nunca vista que abarcará todos los ámbitos de nuestras vidas, pero, sobre todo, supone delegar procesos de decisión. Y bajo cada decisión subyace un componente ético. El tema de la responsabilidad de crear una IA que no se desvíe de los valores universales, ya está siendo abordado por los principales gobiernos del mundo. En su último estadio, la inteligencia artificial además de ser precisa, sin errores, incorruptible e inquebrantable a la pereza, también deberá ser justa, incluso compasiva y hasta condescendiente, todo lo cual, supuestamente, lo ha de aprender de su interacción con el ser humano…: se trabaja en que estos algoritmos tengan la capacidad, como los humanos, de basar sus decisiones en experiencias pasadas. En el horizonte, máquinas que crearán otras máquinas que las superen. Pero la llamada IA fuete, generalista y ubicua, será el final de este camino. Entretanto la IA débil, basada en la resolución de problemas específicos, se ha colado en nuestras vidas y ya está haciendo mucho por nosotros. En el ámbito de la salud su impacto está siendo transversal: desde las ciencias de la vida hasta la atención asistencial, pasando por los avances diagnósticos o la medicina personalizada. Y esto es sólo el principio.
Co
rre el rumor de que este incierto y apasionante mundo futuro pueda evolucionar hacia una cesión a las máquinas de espacios intrínsecamente humanos. Los investigadores proponen ir ya trazando la ruta más adecuada para expandir nuestro potencial sin que perdamos en su tránsito las cualidades que nos han traído hasta aquí. Una ruta hecha a medida para que ellas, las máquinas, sean cada vez más inteligentes y nosotros, los humanos, cada vez más sabios. Mónica Daluz
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