“De tranqui”… Hacia una economía de subsistencia o cómo pasar de la insatisfacción gozo

Opinión. Sociorreflexiones
OPINIÓN
SOCIORREFLEXIONES

Dicen los antropólogos y la psicología evolutiva que el ser humano está preparado para la escasez, y que cada respuesta de nuestro cuerpo y cada matiz de nuestro comportamiento responden, en buena medida, a un objetivo programado en la memoria genética de cada uno de nosotros: la supervivencia. El caso es que nuestra especie se enfrenta a una situación no prevista por la naturaleza: la abundancia. / pdf

Editorial. El precio de un sueño. Ciencia emocional y economía onírica

Editorial
EDITORIAL

Ya lo dijo Albert Einstein: “todo es relativo”. Ponen en la tele un anuncio de coches en el que prometen devolverte el dinero si el bólido en cuestión ¡no te hace feliz! En nuestro sector, sin ir más lejos, las empresas avalan sus lanzamientos con estudios que prometen incrementar nuestro bienestar. Hace algunas semanas un fabricante de aparatos de audio repartió entre los medios de comunicación las conclusiones de un estudio sobre cognición con el que animaba al consumidor a diseñar su propia experiencia musical en función del estado de ánimo deseado. La misma compañía acaba de colocar en el mercado un novedoso producto a modo de despertador, que simula el amanecer en nuestro dormitorio: el pequeño astro va iluminando progresivamente la estancia para obsequiarnos con un despertar natural y sin sobresaltos. Las empresas han tomado a la ciencia como aliada para ofrecernos no sólo productos, sino la posibilidad de conocer los efectos de cada estímulo sobre el cerebro para provocarnos emociones al gusto. / pdf

Editorial. Más magia

Editorial
EDITORIAL

Un nuevo año comienza. Es hora de recapitular; de echar una ojeada tecnológica a nuestro alrededor. La televisión ya no es lo que era; la pirámide se invierte y hoy prolifera la creación y difusión audiovisual a partir de proyectos individuales, que llegan a los hogares a través de internet. El cine tampoco es lo mismo y, mucho menos, los videoclubs… El consumo de películas bajadas de la red se multiplica y ello conlleva una creciente necesidad de almacenar datos “pesados”, de televisión y vídeo; así, los discos duros ya van por las 1.000 gigas, o sea un terabyte, gracias a un nuevo sistema de grabación perpendicular, que se comercializará a no más de 400 dólares y en el que cabrán 250 horas de televisión en alta definición. La carrera de la pulgada continúa; los últimos plasmas gigantes presentados para el consumo doméstico son de 103 y 108 pulgadas. El lío del nuevo formato de soporte y reproducción de vídeo está cada vez más enredado. / pdf

Editorial. De la sorpresa a la provocación

Editorial
EDITORIAL

Sitúense: una agencia de publicidad, hora de la sesión de “volcado” de ideas. He presenciado algunas y, créanme, es muy divertido. Parece mentira que el origen de bellísimos y buenísimos spots haya sido un atolondrado y atropellado vómito de tonterías y absurdeces… Y entre tanta gansada, ahí está: una idea brillante. Me viene a la cabeza el de los 1.440 minutos; genial. Hasta ahora, se trataba de sentarse a la mesa sin complejos, para decir cualquier cosa, y con la mente abierta para escuchar otro tanto de tus compañeros, jefes o subordinados. Sorprender era la clave. Pero hoy la cosa es mucho más fácil. Los creativos deben concentrarse en suscitar la ira de colectivos y asociaciones de toda índole. / pdf

Editorial. El mundo del revés

Editorial
EDITORIAL

Me gusta ese spot que nos muestra un mundo del revés. En un estadio abarrotado de espectadores en cueros, salta al terreno de juego un espontáneo ¡vestido! mientras la poli, también en traje de Adán, reduce al impúdico aficionado. Las cobayas miran, mientras los científicos hacen girar la rueda en el interior de la jaula. El pez chico se come al grande, el conejo saca un mago de su chistera y “caperucita” se merienda al lobo feroz. En efecto, las reglas han cambiado, -como reza el eslogan del anuncio-, y conviene adaptarse a ellas. / pdf

La vida es juego. De Pac Man a Prince of Persia

Opinión. Tecnorrelato
OPINIÓN
TECNORRELATO

72 horas de descanso tras un frenético año de trabajo, me permitieron detenerme a observar… y no sé si será deformación profesional o se tratará de alguna patología esquizoide con manía persecutoria -¡y eso que no le doy a los videojuegos!-, pero el caso es que todo a mi alrededor durante esas tres extrañas jornadas estuvo bañado por lo ciber-virtual, y cuanto vi, toqué y escuché tenía por telón de fondo inacabables secuencias de ceros y unos.
El padre de mi amiga, sesentón ejecutivo para más señas, me explica con excitación que lleva su PSP siempre consigo y a punto para jugar online en plena calle. Aunque, particularmente, creo que piensa que la tecnología va a redimirle de algún modo, a sacudirle usos y costumbres de sus tiempos, y a través de ella reivindica su lugar en una época que también es la suya, en la vana creencia de que su pose de activista tecnológico va a esfumar de un soplo la distancia que le separa de la generación que le sucede. O tal vez sea porque algo le hace pensar que en la sociedad de hoy lo que toca es ser tecnológico, y por lo que sé de él, nunca fue precisamente lo que se dice un revolucionario…
La hija adolescente de mi amiga, que al parecer no tenía suficiente con su flamante “play”, pidió a los Magos, como si tal cosa, una cámara de fotos, un móvil y un reproductor de mp3, lo cual no tendría nada de particular en los tiempos que corren si no fuese porque “la carta” fue idéntica a la del año pasado; y es que los doce meses transcurridos han dejado fuera de juego los gadgets de la Navidad precedente. ¿Cómo iba la chiquilla a apañarse con una capacidad de almacenamiento y un diseño de la colección 2004-2005, hallándose como se halla en el punto álgido de su episodio más severo de “marquitis”, e inmersa como está en la sociedad de la obsolescencia fulminante de bienes?. / pdf

Vivir en suspensión y otras teorías de ficción

Opinión. Tecnología
OPINIÓN

En mi época nos independizábamos con lo puesto. Si teníamos dos duros nos los fundíamos en un concierto, y si eran cuatro en una escapada de fin de semana, pero ni hablar de comprar un sofá; los cojines en el suelo eran perfectos para leer un buen libro o escuchar un unplugged con sonido “caja acústica”…, bebiéndonos la vida. Y ahora vienen los tecno-teóricos diciendo que estamos entrando en la era de los intangibles e incluso auguran el fin del concepto de propiedad tal como lo conocemos hasta ahora. Que si acumular bienes materiales está “demodé”, que si lo que busca hoy el individuo es satisfacer su “yo” psicológico y alimentarse de ideas, que si un nuevo ser relacional y altruista está naciendo, que si está al caer una transformación radical de la conciencia humana y de nuestra propia esencia… ¡Ah! y, por supuesto, todo ello como consecuencia de la revolución tecnológica. Mónica Daluz / pdf

De falacia en falacia ¿Quién es ahora el rey?

tendencias distribución
OPINIÓN

¿Quién propone y quién dispone en este mundo de mercadeo sin fin? El poder pende de un equilibrio de fuerzas repartidas que van y vienen, y hoy el consumidor, con su peregrinaje a las grandes cadenas de distribución deposita cada día su voto por un modelo de vida, supuestamente moderno y, sin querer, con su elección sentencia su propia libertad. Mónica Daluz / pdf

Editorial. Y hasta aquí…, puedo leer

Editorial
EDITORIAL

Cerramos el año con un número especial dedicado íntegramente a la información sobre producto (que incluye, además, la sección Actualidad), a través de un extenso escaparate a modo de catálogo. Un número con un contenido especialmente visual, en sintonía con los días que vivimos, días a todo color, días bañados por las luces de neón que hoy comparten el paisaje urbano con largas ristras de bombillas al más puro estilo tradicional. Mónica Daluz / pdf

Calor de hogar. Cuestión semántica

Opinión. Tecnorrelato. Inteligencia ambiental
OPINIÓN
TECNORRELATO

Ahora se llama “inteligencia ambiental”. Lo de domótica no suena lo suficientemente emocional para el lenguaje publicitario-comunicativo que gastamos en los tiempos que corren, y no digamos, “automatización”, que es, a fin de cuentas, el origen del concepto.
“Nombres abstractos” y “nombres concretos”. Así clasificábamos en el colegio los sustantivos. Entonces se llevaba ser pragmático; lo abstracto, y hasta lo surrealista, quedaba para bohemios y otros rebeldes. Hoy, sin embargo, nos movemos en el plano de lo retórico y buscamos conmover con la palabra, en un mundo de sensibilidades y susceptibilidades en el que se dice “línea de expresión”, para no decir “arruga… Mónica Daluz / pdf

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